Corpus Christi 2018

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Homilía en Arrufo, junto a todas las comunidades Parroquiales, del Decanato 2 de la Diócesis de Rafaela. (Sábado 2 de junio de 2018)

 

  Queridos hermanos,

la celebración del Corpus Christi, nos pone, una vez más,  ante el Misterio más grande dejado por Jesús a la Iglesia,  que nos llena de gozo y alegría, al experimentar esta obra infinita de su amor por todos nosotros,  al dejarnos en el Sacramento de la Eucaristía el Memorial de su <entrega> de la Vida, por amor hasta el sacrificio de la Cruz, Redención capaz de hacer una <Alianza>, para siempre con toda la  humanidad.

  Por eso la  Iglesia sale de sus templos, realizando la tradicional procesión del Corpus Christi, paseando el Cuerpo del Señor, reconociendo al que <Vive>, y se ha quedado para siempre en medio de su Pueblo, haciendo realidad, lo que en cada Misa celebramos, es decir la <unidad>,  la <reconciliación> y <comunión entre todos>.

 

  Nuestro llamado a la existencia, no es a la angustia, a la tristeza, al individualismo, a la violencia, a la condenación, al miedo del futuro, al temor de existir, a los placeres sin medida,  por eso amamos la vida, la queremos y la cuidamos,  respetuosos  de toda vida  no las juzgamos, si las queremos cuidar y amar, al estilo de Jesús eucaristía.

  La solemnidad del Corpus Christi, nos pone de frente, a algo inaudito, que la mente y el corazón humano, siempre ha soñado y anhelado: “Ser como dioses”. Jesucristo  nos ha posibilitado, esa <vida nueva> que la mujer y el hombre por si solos no pueden alcanzar. Dios en Cristo se ha <abajado>, se hizo hombre, nacido de mujer, pasó por este mundo, haciendo el bien y vino  para hacer la Voluntad de su Padre, que es hacer <ALIANZA> con todos. El Culto que damos a Dios en la eucaristía que celebramos, <actualiza> cada domingo ese <encuentro> entre el hombre y Dios;  en la <primera comunión> y cada vez que <comulgamos el cuerpo de Cristo>, Jesús se hace nuestra propia vida, <vive> en nosotros, y así nosotros ya no tenemos que depender de <amuletos>, <mezcla de yuyos< o recurrir a alguna <sustancia o droga> para tener el poder de los dioses.

  Por eso celebramos con fiesta e inmensa alegría el Corpus Christi, porque es el memorial de la pasión del Señor, es la Pascua siempre actual, es tener más que a mano, la cercanía de Dios, es Dios que se hace uno conmigo. Alegría que nos llena de esperanza y confianza, porque la muerte ha sido vencida, porque ya no es el poder del dinero, de las armas, de la fuerza, de los corruptos, sino que el verdadero Dios en Jesucristo en el Corpus Christi,  vive para siempre la <misericordia>, la <ternura>, la <cercanía y el encuentro>, <la mansedumbre y la cordialidad>, y hasta el mismo hombre al mirar tan de cerca la Cruz se atreve a perdonar, a vivir en paz y a luchar por un mundo en <justicia y solidaridad>.

  El Corpus Christi, nos lleva a sentirnos  cerca de todos, en especial  de los sufren, los enfermos, los que no tienen trabajo o andan solos por la vida, es Jesús que vive en cada uno de nosotros, que sigue estando presente en el mundo, realizando la civilización de la <vida y del  amor>.

  Nuestra querida Madre de Guadalupe, que llevó en su seno al mismo Hijo  de Dios, ya nos mostró el camino,  que Dios no es ninguna energía  que anda suelta, navegando por los Cyber espacios del universo, a quien hay que buscar o mostrar títulos o prebendas para estar con Él, por el contrario hay que tener un corazón  sencillo, humilde y pobre, misionero y pascual, capaz de dejarse amar para saber que vive en nuestro propio corazón.

No se olviden nunca: ¡Viva la Virgen! Y    ¡Viva el Corpus Christi!

 

+ Luis Fernández

Obispo de Rafaela