CON LA ALEGRÍA DEL EVANGELIO, CAMINAMOS HACIA EL JUBILEO DIOCESANO
CARTA PASTORAL DEL CAMINO A RECORRER EN UNA NUEVA ETAPA DE LA IGLESIA DE RAFAELA, ANTE LA PROXIMIDAD DEL JUBILEO DIOCESANO, AL CUMPLIRSE LOS 60 AÑOS DE LA VIDA DE LA DIÓCESIS EN EL AÑO 2021
CON LA ALEGRÍA DEL EVANGELIO, CAMINAMOS HACIA EL JUBILEO DIOCESANO
Amados hermanos y hermanas de la Diócesis de Rafaela:
INTRODUCCIÓN
Ante la cercanía de cumplirse, en el año 2021, los sesenta años de la vida de nuestra querida diócesis de Rafaela, es bueno, antes que nada, ser agradecidos a Dios, por su constante cercanía, presencia viva de su ternura y misericordia, a lo largo de todo este tiempo de vida eclesial.
Por eso es bueno celebrar un «Jubileo Diocesano», para experimentar la «obra maravillosa de Dios» que se hace presente con su Gracia, que nos llena de alegría y de júbilo, nos abre a la confianza en El, nos anima dándonos esperanza y pasión por el evangelio, viviendo más en comunión fraterna y, fundamentalmente, nos impulsa con la fuerza del Espíritu a ser cada día más una Iglesia «en salida», con un corazón solidario, humilde y sencillo que se pone, como Jesús, al servicio de todos, especialmente de los pobres.
Gracias a Dios, venimos viviendo una Pastoral de Conjunto, superando el individualismo, caminando juntos como Iglesia Diocesana, con participación de todos: niños, jóvenes, adultos y ancianos. Se va logrando no sólo trabajar en cada comunidad parroquial, sino también con esfuerzo, como Decanato, ayudando a nuestras parroquias a dejar de ser islas, para transformarse en Cuerpo de Cristo, es decir Iglesia, Pueblo de Dios.
Celebrar un Jubileo Diocesano es hacer realidad lo que dice el emblemático Documento del Papa Francisco, Evangelii Gaudium en el punto 11: «Cada vez que intentamos volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio, brotan nuevos caminos, métodos creativos, otras formas de expresión, signos más elocuentes, palabras cargadas de renovado significado para el mundo actual».
Para esto es el Jubileo: toda auténtica acción evangelizadora es siempre «nueva».
Sabemos que no podemos lanzarnos a vivir esta hermosa experiencia de la Vida de Dios en nuestra Diócesis, si no la vamos preparando en nuestro corazón. A esto los convoco: a prepararnos, bajo la mirada serena y materna de Nuestra Señora de Guadalupe, que nos va acompañar en estos años invitándonos a hacer lo que su Hijo nos diga (cf. Juan 2, 5), para que comencemos a vivirlo ya, en este 2018, recorriendo estos tres años con la mirada puesta en el futuro Jubileo del año 2021.
«La diócesis será madura como Iglesia, cuando todos desde sus respectivos carismas y funciones, se inserten activamente, en la pastoral orgánica de la diócesis, todos de un modo armónico e integrado» (Ap. 169).
Así, con el Consejo Diocesano de Pastoral, luego de haber consultado al consejo de Presbíteros, a los Consagrados y a los Laicos presentes en las distintas instancias del Pueblo de
Dios, y habiendo recibido su aval, les presentamos el camino a recorrer unidos, continuando el Trabajo en Conjunto que pide hoy la Iglesia en la Pastoral.
1. SE HACE CAMINO AL ANDAR
Nos hace bien recordar que no empezamos de cero. La Diócesis, en estos últimos años, con la guía del recordado Mons. Franzini, que nos acompaña desde la eternidad, al Celebrar el «Jubileo de las Bodas de Oro de la Diócesis», enmarcaba el camino pastoral surgido del espíritu del Concilio Vaticano II, de una Pastoral de Conjunto, que se formaba, con la creación de los Consejos de Pastoral diocesano y parroquiales para ayudar al discernimiento pastoral, presentando a la Diócesis: consultas, métodos, talleres, mensajes y subsidios, y expresando proyectos en búsqueda de planes pastorales, que ayudaran al Pueblo de Dios a transitar caminos pautados, con metas propuestas y fines definidos.
Recuerdo que al llegar a la diócesis, estaba en marcha y ya concluyendo la preparación de la última Asamblea Diocesana que hemos celebrado el 1 de mayo del 2015; un paso de Dios «fuerte y misericordioso» por nuestra diócesis, donde los representantes del Pueblo de Dios, votaron los «Objetivos Diocesanos» para el trienio 2015-2018.
No olvidemos aquel objetivo general diocesano: «Anunciar como Iglesia servidora, la alegría del evangelio y la ternura del Dios misericordioso, viviendo en comunión y haciéndonos cercanos a todos, especialmente a los pobres y olvidados, para que resplandezca Jesucristo, plenitud de vida, y nos llene de ardor y entusiasmo, para vencer el temor, la tristeza y lacorrupción, trabajando para una patria más justa y reconciliada».
Y éstas eran las prioridades: Trabajar con las familias, con los jóvenes, ser evangelizadores que llevan con alegría y valentía el evangelio de Jesucristo, propiciando una Iglesia de puertas abiertas que siempre está al servicio de los que no dejan de buscar a Dios.
2. POR DÓNDE ANDAMOS Y HACIA DÓNDE VAMOS
Hoy vamos peregrinando como Pueblo de Dios la Pascua del 2018, con la meta puesta en el Jubileo Diocesano de la Celebración de los 60 años de la Diócesis.
En el presente año 2018, queremos vivir pastoralmente el comienzo de esta nueva etapa, profundizando la reflexión personal y comunitaria acerca de la vocación y misión del laico, su presencia y acción en medio del mundo y en la organización de la Iglesia, ayudados por los subsidios pastorales que nos ha hecho llegar el Consejo Diocesano de Pastoral.
Además, en la segunda mitad del año, comenzaremos a hacer juntos una «evaluación» del camino recorrido en este último trienio. Decía el Papa Francisco el miércoles de Ceniza de este año que es bueno «detenerse», porque a veces andamos acelerados, ansiosos, y podemos perder el rumbo, la serenidad y sobretodo la esperanza, cayendo en la tentación de la desconfianza, del cansancio, arribando a la resignación y, peor, en el pesimismo que paraliza y entristece.
Los invito a ejercitar juntos un «discernimiento evangélico» (EG 50-51), escudriñando «logros», así como las «dificultades» del caminar de las propias comunidades, en las acciones y actividades proyectadas que se hicieron en el trienio.
Propongo realizar esta evaluación desde una «memoria agradecida», porque sabemos que aún las dificultades y problemas se transforman en Cruces que conducen a la eucaristía, que es agradecimiento a Dios por todo lo vivido y sufrido: la Cruz siempre es camino de Pascua, que es gozo y paz.
Próximamente, recibirán del Consejo diocesano de Pastoral, subsidios que los ayudará a abordar el «evaluar» con «memoria agradecida».
Luego del tiempo de evaluación y memoria agradecida, continuaremos dando pasos hacia la Asamblea Diocesana 2021, ayudados por el método Ver, Juzgar y Actuar, del siguiente modo:
- 2019: En la primera parte del año haremos un «discernimiento evangélico» con el «veroír/interpretar»,
abiertos a los signos de Dios que se manifiesta en el mundo y en la vida de nuestras comunidades. En la segunda parte del año iniciaremos el momento de «juzgar/discernir» la realidad según Jesucristo, elaborando criterios para identificar la presencia del Reino y lo que se opone, para anunciar el Evangelio.
- 2020: Continuaremos, en la primera parte del año, con nuestro «juzgar/discernir» la realidad, según Jesucristo. Mientras que, en la segunda parte del año, comenzaremos a definir horizontes, a marcar rumbos y a esclarecer actitudes necesarias para vivir lo que vamos descubriendo como querer de Dios. Será tiempo de «actuar/elegir».
- 2021: En el marco de la celebración de los 60 años de vida de la Diócesis de Rafaela, tendrá lugar la Asamblea Diocesana que empezamos a celebrar ya en el 2018.
Queridos hermanos y hermanas, los convoco a todos a comenzar este Camino de Asamblea, para llegar como Iglesia «en salida» a los que más podamos. Nos motiva el Papa Francisco diciendo: «Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual, más que para la autopreservación. La reforma de estructuras que exige la conversión pastoral solo puede entenderse en este sentido: procurar que todas ellas se vuelvan más misioneras que la pastoral ordinaria en todas sus instancias sea más expansiva y abierta, que coloque a los agentes pastorales en constante actitud de salida y favorezca así la respuesta positiva de todos aquellos a quienes Jesús convoca a su amistad» (EG 27).
Los invito a ejercitarse en una oración y reflexión personal y comunitaria que permitan descubrir, asumir y celebrar las orientaciones de la misericordia de Dios para nuestra Iglesia. Y a expresarlo en gestos de misericordia y compromiso evangélico, involucrando a los pobres y aportando a una sociedad más fraterna y reconciliada, haciendo realidad aquel deseo de Jesús: «que todos sean uno (…) para que el mundo crea» (Jn 17, 21) y a celebrarlo en comunidad con el Señor Resucitado.
Ir «con y como Jesús» será la mejor manera de expresar el gozo de pertenecer a la Iglesia, y al mirar una vez más la ternura de la Virgen de Guadalupe, llenos de confianza y entusiasmo seguiremos caminando, porque sabemos que sólo se hace camino al andar…
Como amigo de Dios y servidor de los hermanos, fraternalmente.
+ Luis Fernandez
Obispo de Rafaela
Abril, 2018